SUMMER LOVIN' HAPPENED SO FAST
Cuando se te acaban las vacaciones de verano, te desinflas y piensas que estás muy cansada, que necesitas dormir muchísimo más, que no estás preparada para poner de nuevo el despertador y mucho menos para dar la bienvenida al invierno. Irremediablemente piensas que todo ha pasado volando y que no has hecho nada de lo que en junio te propusiste hacer, que se te echa todo encima y que vuelven las responsabilidades y las preocupaciones.
Pero poco después de septiembre, llega la Navidad y el año nuevo, y los deseos y el estar metidos de lleno en la rutina. Llegan los cafés calientes a las siete de la tarde y los momentos en los que crees flotar en edredones por las mañanas.
Una vez que arranca el nuevo año, ya prácticamente es abril y nos empezamos a quitar ropa, y a lucir piernas y a agobiarnos con el fin de curso hasta que éste llega a finales de mayo, principios de junio.
Los exámenes se acaban y las clases también y toca planear todo lo que vas a hacer en verano porque por fin tienes mucho tiempo para dedicarte a ti misma, aunque sepas que lo más probable es que llegue septiembre y, como ya he dicho antes... ¡sorpresa! no hayas hecho ni la mitad de lo que te propusiste, porque eso es verano. Todo vale, menos lo planeado.
(Y así una y otra vez)
SUMMER DREAMS RIPPED AT THE SEAMS, BUT... OH!
THOSE SUMMER NIGHTS...
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