Imprescindible en mi vida de poeta, incalculable tesoro que amo todas las noches en cada uno de mis sueños.
Lástima que nunca llegaré a ser Nino, nunca sabré el sabor de tus besos en la comisura de mis labios, en mi cuello o en los párpados de mis ojos. Jamás te llevaré al trabajo en mi motocicleta ni te susurraré te quiero al llegar a casa.
Lástima que nunca llegaré a ser Nino, nunca sabré el sabor de tus besos en la comisura de mis labios, en mi cuello o en los párpados de mis ojos. Jamás te llevaré al trabajo en mi motocicleta ni te susurraré te quiero al llegar a casa.
Aún así me conformo.
Me conformo con saber que andas dibujando mis versos en cada una de las paredes de este peculiar mundo.
Me conformo con saber que andas dibujando mis versos en cada una de las paredes de este peculiar mundo.
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