20 jul 2011

Imprescindible en mi vida de poeta, incalculable tesoro que amo todas las noches en cada uno de mis sueños.
Lástima que nunca llegaré a ser Nino, nunca sabré el sabor de tus besos en la comisura de mis labios, en mi cuello o en los párpados de mis ojos. Jamás te llevaré al trabajo en mi motocicleta ni te susurraré te quiero al llegar a casa.
 
Aún así me conformo.

Me conformo con saber que andas dibujando mis versos en cada una de las paredes de este peculiar mundo.
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario