8 sept 2016

El verano llegó a su fin y hoy ha sido un día increíble.

Esta semana he estado un poco estresada porque hace diez días estaba en la playa, relajada y siendo besada por el sol continuamente, pero llegué a Madrid y al día siguiente ya tenía un curso de inglés que empezar y volvía a trabajar (ser camarera en la crepería donde trabajo me encanta porque mis compis son amor pero es muy cansado y ay). A mí los principios me gustan pero me estreso más de lo que debería. Me salió un herpes en el labio que es el mejor indicador de que estoy bastante nerviosa. Asi que bueno, estuve cinco días sin parar y teniendo en cuenta que llevaba mes y medio haciendo literalmente nada, me deprimió un poco.
El lunes empiezo de nuevo las clases y tengo unas asignaturas este cuatrimestre de lingüística y literatura que pintan ser molonguis. Aún así, no me apetecía mucho volver a la universidad. Hasta hoy. Porque hoy ha sido la repanocha. He quedado con mis amigos de la uni y hemos ido a casa de Sanmi que vive muy lejos de mi casa (pero that's ok). Nos hemos pasado la tarde escuchando vinilos y hemos bailado en el salón con los pies descalzos. Hemos tocado la guitarra y nos hemos reído y hemos cantado. Sanmi nos ha preparado la cena y de postre hemos comido bizcocho de chocolate. Después de estos días que, ya os cuento, han sido un poco caóticos, esta tarde me ha sentado de maravilla. Es un gusto saber que la vuelta a la rutina siempre va a molar si tengo los amigos tan majos que tengo. Es un gusto. Qué bien me siento esta noche.

Por cierto, mi hermano me ha enseñado esta canción y es muy guay. A mí me encanta al menos:



I started dancing just to be around you...

(me parece una imagen tan bonita y ella lo canta tan bonito que me la imagino bailando de una manera muy tranquila, fluida y risueña jiji)




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