29 jul 2011

El silencio del mar


Nunca sabré que espero de él, ni que conjuro deja en mis tobillos. Pero cuando estos ojos se hartan de baldosas y esperan entre el llano y las colinas, o en calles que se cierran en más calles, entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede salvarme. 

 
MARIO BENEDETTI

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