Encontró a alguien que cantaba mientras se reía y ella bailaba.
El ritmo se apoderó de los dos. Ni el amor podía interrumpirles.
Encontraron una casa desordenada, poco cargada de cosas innecesarias pero llena de todo aquello que a los dos les hacía felices. Una guitarra, un piano y unas bonitas voces que lucir.
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