Mi supuesta amistad ha perdido valor en tu bolsa.
Tuvo de eternidad lo que dura la vida en las moscas.
Qué radical, me fui sin decirte adiós. Te escribiré para explicar mi versión.
O no lo haré. A fin de cuentas, tú no te habías dado cuenta.
(Si los espejos del salón no están rotos, lo estoy yo)
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